En la tarde, casi cuando el
sol se oculta y una hermosa puesta de sol puede ser observar, las aulas de la Universidad
Técnica de Cotopaxi, se ven llenas de jóvenes entusiastas que llegan a recibir
clases, surgen conversaciones entre amigos y compañeros acerca de que actividad
han realzaron en el día, algunas interesantes otras graciosas, es como esperan
la llegada del docente, quien con una sonrisa entusiasta y contagiosa saluda a
los chicos, todos tomas sus lugares y se preparan a introducir algo nuevo en
sus conocimientos.
Empiezan las clases, siempre
de una forma innovadora e interesante, los chicos y chicas que exponen la clase
se esmeran y demuestran la preparación y empeño que le han puesto en la
realización del trabajo, buscan la manera de entender los temas y proporcionar
una información correcta del tema a sus compañeros, se realizan varias
preguntas al grupo de exposición con el objetivo de que obtengan una buena
calificación, minutos después el profesor se papara a reforzar la clase,
explicándola de la manera mas clara posible para que sea de fácil comprensión
para los estudiantes.
Como en toda clase nunca
falta la poca indisciplina que se ve por parte del alumnado, con bromas o
conversaciones en voz alta que a veces logran distraer a los demás compañeros,
pequeños problemas que se presentan con poca frecuencia y que al profesor le
resulta fácil manejarlos, consiguiendo así nuevamente la concentración de los
chicos.
Ya casi concluido el temas
surge una lluvia de inquietudes de los estudiantes acerca del tema, los cuales
son aclaradas por el docente, luego de ello
tomando en cuenta que el tema fue lo suficientemente bien explicado,
surgen las preguntas del docente hacia
el alumnado. De acuerdo a como el docente califique el nivel de
captación que se logro en los al estudiantes, envía trabajos en casa con el
objetivo de que el tema de clase haya sido entendido y ahora practicado por los
ellos.
Entre risa, inquietudes y
soluciones, se culmina una clase más de semiótica, los chicos se despiden
cordialmente del docente y salen del aula, cada uno de ellos con diferentes
destinos, pero todos en busca de despejar un poco la mente para despues
ingresar con el mismo ánimo a las clases siguientes.
POR EVELIN CAISA
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